15 Dic ¿Cómo hacer mi empresa rentable?
La rentabilidad de una empresa es lo que define la vida o la muerte de la misma, pero no será la primera vez ni la última que una empresa se vaya a pique, no por falta de rentabilidad sino por una gestión ineficaz que no logra que la rentabilidad sea positiva cuando con una gestión correcta sí pudiera serlo.
Siempre hemos escuchado aquello de que si tu empresa no es rentable debes buscar el modo de aumentar las ventas y de ese modo cambiar al balance de negativo a positivo, pero esto es una falacia, por lo menos en parte. Aumentar las ventas es uno de los factores a tener en cuenta, pero hay otras cuestiones a tener en cuenta y que deben estar optimizadas que nos ayudarán a lograr una rentabilidad positiva.
Y si hay que empezar por algo, ese algo es el control del gasto que debe estar muy bien gestionado, puesto que es una de las mayores debilidades de las empresas y uno de los factores claves que van a influir de modo importantísimo en la rentabilidad.
Puede ser porque tengamos dinero en caja, porque la empresa en un momento determinado está en beneficios o porque estemos vendiendo razonablemente bien que no prestemos atención a ciertos gastos que, en caso de apuro hubiéramos ajustado bastante más en el momento de la compra o, en el caso de pagos recurrentes, hubiéramos tenido que negociar mejores precios.
La gestión de los recursos en la empresa.
Lo que está claro es que la abundancia ayuda a derrochar o por lo menos a tener cierta alegría con los gastos y las contrataciones mayor que cuando tenemos que apretarnos el cinturón, y eso es así tanto en la empresa como en nuestra vida y valga como ejemplo el uso de un perfume. Cuando el frasco está lleno y recién comprado, vaporizamos sobre nuestro cuerpo el perfume con cierta alegría pero cuando el frasco está llegando a su fin y nos damos cuenta de la escasez seguimos usando el perfume, pero el uso del vaporizador es más contenido y lo usamos con mucha mayor eficacia para lograr el mismo resultado pero con una cantidad menor de perfume.
Al igual que en la vida, en la empresa debemos obrar como si el perfume fuera escaso, racionalizando el gasto y el consumo de un modo óptimo que no impida lograr el objetivo, pero al menor costo posible.
Esto que digo no debe confundirse con ser un agarrado, un usurero, o ser cutre. Una cosa es ser cutre y otra cosa es ser racional. Muchos contables arruinan empresas porque contienen tanto el gasto que la empresa no crece ni tiene posibilidad de hacerlo y se convierte en una empresa zombie, que ya está muerta pero todavía no lo sabe.
No, no se trata de eso, se trata de no gastar de más, así de sencillo, de buscar el modo más eficiente y más económico para conseguir aquello que para la empresa es importante y eso significa buscar el servicio o producto más ajustado a nuestras necesidades que podamos pagar y buscar el mejor precio para ese producto o servicio, entendiendo como precio tanto el que se paga inicialmente por él en relación a lo que recibimos por el importe pagado.
Hay varios aspectos en los que una empresa puede conseguir mejorar los costes y, por tanto, gestionar de un modo más eficiente el gasto. Vamos a indicar los más habituales tanto en el momento de la contratación como en el de negociación, una vez contratado
Todo tipo de alquileres
Aquí, el más habitual, es el del local. Es cierto que no es fácil reducir el precio de los alquileres, pero eso no es un motivo para no intentarlo, así que ya sabes, ponte manos a la obra y busca los mejores argumentos para que te reduzcan el alquiler y, en su defecto, que no te lo suban en un tiempo determinado, que es también una buena opción y algo más fácil de conseguir.
Reducir el gasto en aquellos suministros cuyo uso se pueda optimizar y el caso del perfume que antes cité pueda ser un ejemplo perfecto que se puede aplicar a electricidad, calefacción, agua, gas, papel, número de fotocopias, consumibles en general y todo aquello que sea susceptible de un uso más contenido sin restar eficacia a la empresa.
Sustituir un servicio por otro que pueda cumplir la misma función o lo más similar posible por un coste inferior y en este apartado, recuerdo una de las últimas empresas en las que llevamos a cabo un servicio de consultoría de crecimiento empresarial que tenía dos servicios por los que pagaba una cuota mensual de unos 150€ en un caso y en el otro 135€.
Le recomendamos dos servicios alternativos en los que, uno de ellos ofrecía a la empresa exactamente aquello que necesitaba y el otro un servicio que, no siendo exactamente el mismo, se adecuaba perfectamente a la empresa. En ambos casos la cuota que se pagaba por el nuevo servicio era muy similar a la anterior, pero en el caso de las alternativas esa cuota cubría un año de servicio cuando anteriormente la cuota cubría un mes.
Con esta operación la empresa ahorró unos 2800 € cada año y lo que es más importante, que siguió con el servicio o producto que necesitaba sin que la empresa notara en falta el cambio. Esto es un cambio eficiente, pagar mucho menos sin perder servicio y es por eso que debemos comparar, valorar y buscar la mejor opción siempre y, una vez lo tenemos y llevamos un tiempo de contratación revisar que siga siendo la mejor opción.
Negociar con las entidades bancarias.
Recuerdo un amigo que hace muchos años decía que a los bancos había que ir como al mercado, y salvando las analogías y las diferencias, es cierto que es uno de los escenarios en los que es hay más opciones de negociar y que, si lo sabes hacer vas a lograr mucho éxito.
Negocia las comisiones por transferencias, el precio por remesas de recibos y especialmente las condiciones de descuento de recibos, precios de tarjetas o de lo que sea. Todo es negociable y en los bancos más. Si el banco no satisface tus deseos razonables, cambia de banco y en especial, dentro de cada banco, infórmate de las mejore oficinas, porque en muchas ocasiones lo que no logras en una oficina, lo logras en otra incluso de la misma entidad. Cambia de banco, que no te tiemble el pulso, hasta que encuentres lo que necesitas. No tengas la menor duda y no tardes en hacerlo si no logras tu objetivo.
Negocia con tus proveedores.
Negocia para conseguir todo aquello que necesitas un poco más ajustado de precio y, dadas las condiciones del mercado, todos los proveedores están dispuestos a estudiar mejores condiciones para sus clientes habituales y es algo lógico. Si tu tienes, por ejemplo, una fábrica de sofás y compras madera, metal, espuma y telas (por decir algo) si reduces un 1% en la compra de esos productos, a la larga supone un ahorro importante y un 1% por aquí, un 1% por allá son granos que ayudan al compañero y al final hacen granero.
Puestos de trabajo.
Optimiza el catálogo de puestos de trabajo y la eficiencia y productividad de esos puestos de trabajo. Quédate con los puestos de trabajo estrictamente necesarios, realiza un estudio para ver los que realmente necesitas y elimina los que no son necesarios.
Pero al mismo tiempo, o incluso antes, debes estudiar la productividad de cada uno de los puestos de trabajo y el rendimiento que debes obtener de cada uno de ellos, porque muchas veces tenemos un catálogo de puestos de trabajo y varias personas para ese puesto cuando, si optimizamos cada puesto, quizá lo que tengamos que eliminar es el número de personas que hemos contratado si cada persona que ocupa cada puesto es verdaderamente productiva.
En una de las empresas que hemos realizado nuestra labor de gestión del crecimiento empresarial redujimos los puestos de trabajo de 9 a 6 sin que se resintiera la productividad, lo que supuso una reducción de costes de personal cercano a los 7.000€ mensuales.
Lo más curioso de todo esto es que una de las personas que hoy sigue en la empresa estaba trabajando muy agobiada porque apenas tenía tiempo para nada y el ritmo de trabajo era frenético. Una vez implantamos un nuevo modelo de productividad, esa persona relata sorprendida, que ahora produce muchísimo más en el mismo tiempo y el nivel de agobio de trabajo se redujo hasta puntos inimaginables. Ahora es una trabajadora feliz, productiva, rentable para la empresa y con una capacidad de trabajo que antes no podía desarrollar.
La gestión de los cobros.
Es muy importante y aunque puede parecer curioso que lo diga, no te puedes imaginar la cantidad de empresas que no cobran algunas de sus factura y ni siquiera se dan cuenta que no las cobran, que tienen impagos y no los gestionan y que son un auténtico desastre cobrando a sus clientes.
Como cité antes, hay quien dice que para rentabilizar una empresa hay que vender más, pero ¿de qué sirve vender más si no cobras bien o simplemente no cobras? Mi amigo Bienvenido siempre me dice, en el cobrar está la ganancia. Pues ya lo sabes, aplícate el cuento.
Una correcta gestión de la comunicación de la empresa.
Muchos empresarios no gestionan adecuadamente la comunicación y el marketing de su empresa, no miden las conversiones, desconocen la rentabilidad de los costes de publicidad y por tanto lo que debía ser una inversión se convierte en un simple gasto.
No se tiene claro el valor de vida de un cliente (LTV) ni el coste de adquisición de cada cliente (CAC) y por tanto, tampoco tienen claro la cantidad de dinero que deben destinar a los procesos de comunicación y, lo que es más importante, cómo coordinar el departamento de marketing y el departamento de ventas. Podría escribir un libro entero de cómo convertir su departamento de marketing en tu mejor comercial pero este no es el momento. Sólo pretendo que tengas claro que para hacer rentable tu empresa tienes que invertir, de modo objetivo y razonable, en comunicación y marketing y es muy curioso, que cuando una empresa quiere reducir costes, este capítulo es el principal sacrificado y la primera fuente de recorte presupuestario, cuando muy posiblemente es en donde hay que aumentar el presupuesto.
Para hacer una empresa rentable hay muchos aspectos a tener en cuenta, pero he querido dejar sobre la mesa algunos (que no todos) aspectos claves que hay que tener en cuenta y que son ejemplos de las muchas cosas que se pueden hacer, pero lo importante es que tienes que tener claro que debes racionalizar el gasto, optimizar el catálogo de puestos de trabajo, optimizar la productividad, mejorar la comunicación de la empresa y vender más. Básicamente se trata de eso.
No he hablado de otras muchas cosas como puede ser gestionar correctamente los precios de venta, del renting, del leasing, diversos tickets (comida, guardería, gasolina… ), economía colaborativa, economía circular, automatizaciones, pero lo vamos a tratar en otras entradas del blog para no convertir esta en un libro.
Si deseas que tu empresa se haga rentable, si necesitas asesoramiento para conseguir que tu empresa crezca no dudes en contactar con nosotros y solicita un diagnóstico gratuito. Seguramente eres un gran emprendedor y un gran trabajador, pero tal vez tengas que aprender algunas cosas de gestión empresarial y aprender los grande pilares no es complicado, pero debes tener tú el interés y la inquietud de hacerlo. En INCREMPTIA estaremos encantados de ayudarte gratuitamente.
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